Esta es la segunda obra con la cual participo en el proyecto Rostros de Libertad, en su edición especial Héroes frente al covid19, donde los autores fuimos invitados crear una obra a manera de reconocimiento a la labor médica.
Busqué expresar esta idea con la importancia que ha tenido el contacto entre los humanos, siendo este contacto vital para la sanación.
Un par de manos abiertas ocupan el centro del espacio, tienen los dedos pintados como las bailarinas que muestran mudras durante la danza ritual. Están rodeadas por tres órbitas. La primera es un mantra, la segunda es la órbita de la Luna y la tercer órbita corresponde al Sol.
Las cuatro esquinas del espacio son ocupadas por cuatro nubes y en un plano posterior, se encuentran visibles las líneas de composición que unen y conectan a todos los elementos en la obra.
Nuestros sentidos se alimentan de todo los que nos rodea. La sanación está en nuestras manos, que pueden apretar y destruir pero también crear, acariciar, conectarnos con el mundo y sanar.
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